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A celebrar se ha dicho mis queridos lectores!!! Son los más sinceros deseos de
PObre mi Gordo Show Productions.... jo jo jo jo jo jo jo jo
Imagen cortesía de www.badmovies.org
El trauma vino de la reacción de mis amigos cuando nos juntamos esa tarde a jugar con nuestros amados muñequitos de moda, “Los Masters of the Universe”. La sorpresa que me llevé fue cuando mis queridos amiguitos luego de unas carcajadas burlonas y el acoso directo a mi persona, decidieron dejarme fuera del juego. Y es que cuando uno es niño puede ser muy cruel. El tema de ese día fue que yo inocentemente llegué a jugar con mi HE-MAN chafa, Horror! O mejor dicho Error! El tema es que días antes, caminando con mi abuela por la sexta avenida de la zona 1, encontramos un HE-MAN chafa, y yo extrañado de aquel muñecón de plástico hueco con las armas y el traje pintado sobre el cuerpo, le dije: “Abuelita mire ese HE-MAN”. Para qué hice aquello? Mi santa abuela sacó su monedero y al ver la ganga que representaba comprar aquel armatoste de imitación, en comparación con los originales, pues bueno, era de para llevárselo en el momento. El HE-MAN era del alto de una caja de Corn Flakes familiar, o sea, inmenso. Y si uno es conocedor de los Master of the Universe originales, sabrá perfectamente que el tamaño de aquellas piezas de colección no pasaba las 10 pulgadas, así que imaginen la diferencia. Con razón mis amigos, y sus masters originales, decidieron que la competencia era recia y que mi HE-MAN tercermundista los mataría a todos, a pesar que no se le movía ninguna extremidad, bastaba con moverlo para que aplastara a dos o tres rivales de colección. Mi santa abuela no sabía el daño emocional que podría llegar a causar, y la verdad es que no lo causó jeje. Pero años más tarde, cuando tuve mi HE-MAN original y ya los pinches muñecos habían pasado de moda, mi HE-MAN chafa de 40 pulgadas de alto, le ayudaba en aventuras siniestras contra un GI joe derretido y una Barbie sin pelo que se llamaba Yuly.