Hablar de héroes en nuestros tiempos es un trabajo para realizar con lupa, sobre todo dentro del grueso poblacional. Analizando al individuo promedio y su concepción de la vida, tanto en su pequeño universo existencial así como en sociedad. El promedio de personas no miran más allá de sus narices y pareciera que la sensibilidad humana de la que tanto nos jactamos, es sólo un ideal espléndido para suspirar cuando se conversa sobre el tema. Se ve en el tráfico, en las camionetas, en los elevadores. La gente piensa para adentro y desde adentro, sin una visión grupal o social. Hay sus excepciones por supuesto, no es cuestión de generalizar, pero aquí no vamos a entrar en detalle. Entonces héroes digámoslo así, dentro de este panorama social, son escasos y ni qué hablar de súper héroes, simplemente parecería que no hay. Bueno hasta ahora. Una de las encuestas sobre el tema apuntó una tendencia enorme a la creencia popular de un viejo súper héroe nacional nacido hace ya un par de décadas y cuya sensación disminuyó con el paso del tiempo y algunos factores esenciales, les hablo de SUPER 24. Ese salvador de los individuos solitarios, quienes se detenían entre la rutinaria existencia a pedir un rato de alegría. Un salvador de hogares, y empleos, y a los que aparentemente perjudicó era porque ya les había llegado su hora. Un ente maravilloso que vino a rescatar a algunos de las garras del automatismo del ritmo contemporáneo. Pero este héroe decayó con su gloria y fue quedando relegado al mero costumbrismo populachero, al deportivo “Paso por un six”. Así que la sociedad buscó nuevas formas y otras personalidades menos comerciales. Dentro de este imaginario surgen dos héroes rescatados del olvido, a pesar de la vigencia con la que se mantienen en nuestras vidas. Ellos son QUITA Y PONE. Los dos archienemigos del dolor y sufrimiento humano. Dos casi deidades por no llamarlas de otra forma, que han salvado en más de una ocasión a todos aquellos que de una u otra forma hemos caído en las garras del exceso. Dos fuerzas vitales que si bien, han recibido la crítica de los moralistas y los melindrosos, son en su justa medida dadores de paz y plenitud. Dos personajes a los cuales valdría la pena rendir tributo y hasta hacer camisetas, para portarlas con orgullo como se portan las de los partidos políticos en tiempo de campaña. Así que un día si sus hijos o nietos le preguntan sobre héroes nacionales, usted puede decirles con honestidad: Mijo o mija, Eso de Tecún Umán son puras casacas, los verdaderos héroes de esta tierra del quetzal y la quetzalteca, son: QUITA Y PONE. Y con lágrimas en los ojos, y la garganta cerrada por la emoción, cantar a los 4 vientos el nombre inmortal de esos dos maravillosos seres universales que lo han dado todo por nosotros. QUITA Y PONE.
(Vota para que se incluya dentro del himno nacional el nombre de QUITA Y PONE. Y gánate una botella de quetzalteca de aniversario).
En el próximo número les hablaremos sobre el mito del chiflón. No se lo pierda.
martes, 15 de julio de 2008
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4 comentarios:
Felicitaciones mano, este blog está delicioso. Me he cagado tanto de la risa que ya te diste cuenta. Saludos!
Quita y pone viven en nuestro corazón, igual que Chiflón.
jajajajajaaj ahuevos manito
Super24, jajajaja!!! ése ser cuasi omnipresente que anda dándonos felicidad por todas partes: el mítico Obelisco, la concurrida Avenida Las Américas, la famosísima entrada al Puerto, la embotellada Salida al Atlántico y hasta en la calurosa y pegajosa Escuintla, nuestra solemne ciudad de las palmeras, jajajaja!!!
Mis respetos por Quita y Pone, se merece un Premio Mi Gordo!!! Salú!!!
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